Parecemos convictos,
presos de nuestras propias ilusiones,
recluidos en silenciosas voces
de un pasado extinto.
Mudas están mis pasiones,
mi boca está sellada
pero el deseo brilla en mi mirada
oscurecida en omisiones.
Marqué tu número ayer
para poder oír la luz,
cerrar los y ver,
rogar por tu condena.
Vuelo millas asustado
entre los azares de jaulas.
Alejándome del cielo y
entre tumbas oscilando.
Alegre de tener el sol
para apreciar tu sombra.
Aun tengo el lápiz de la metáfora
para dibujar la flor.
Camino sobre la arena
mientras desdibujas fantasías.
Rompes con presteza
la ignominia de mi alegría.
Me verás alejándome
susurrando una lágrima.
Me verás durmiéndome
oculto en expresiones desiertas.
Me verás silbando una canción
que hable de tu ausencia.
La imagen perderá el color
en los ecos submarinos.
Me toca esperarte sin motivos
mientras desfila el fraude.
Oculto en cristales tintados,
observado por pasos altivos.
Y el tiempo acecha
y de tu amor ya perdí la fe.
Nuestros labios se marchitarán
pues ayer tetero y mañana café.
Tu mirada estará sedienta
de verme caer una vez mas.
Pues presos uno del otro somos
como la piedra en el mar.
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