Historia de un regreso
Hoy toca centrarnos en la cuarta temporada de una serie tan aclamada como Homeland. Me gustaría destacar a sus directores Howard Gordon y Alex Gansa y al inspirador de todo esto, Gideon Raff y su serie israelí Hatufim. Nuestro compañero Raul S. Saura y su artículo Cuando Homeland volvió a ser heroína en vena desentraña de forma genial y meticulosa la cuarta temporada de la serie. Yo intentaré analizarla de forma más genérica y sin spoilers.
Antes de entrar en materia, me gustaría hacer un ligero repaso de la serie. Homeland nació en 2011, con un dueto protagonista con una de las mejores químicas de la televisión. Claire Danes y Damian Lewis interpretando a Carrie Mathison y Nicholas Brody llevaron las riendas de una primera temporada simplemente fascinante. Se conjugaron tres cosas importantísimas en una serie o película. La química y el talento de los dos protagonistas, con un guión excelso y una transmisión de intriga y/o sentimientos inusual en la pequeña pantalla. Durante toda la primera temporada el juego del suspense es colosal, jugando con el espectador durante los 12 episodios que esta dura.
Una primera temporada brillante desembocó en una muy acertada segunda temporada. Evoluciona el arco argumental, aprovechando de maravilla a su antecesora, sin ser repetitiva. Da una perfecta continuación a la trama original sin encasillarse.
La tercera temporada si pecó de repetitiva. El hilo argumental de la primera temporada ya no da para más y, sin un cambio radical, la trama decae. La relación entre Carrie y Brody se convierte en una pequeña losa para la temporada, al igual que las tramas secundarias. La temporada termina con un final de efecto que parecía más un final de serie que un final de temporada.
La fuerza de Claire Danes
El cambio radical vino con la cuarta, en la cual no se recupera el suspense en la trama, se reinventa la serie con un acierto solo al alcance de pocos, hecho que la vuelve a alzar como una de las mejores series del ámbito internacional.
Claire Danes sigue siendo uno de los mayores hándicaps de la serie. Lejos queda su más que dudoso papel en Terminator 3, la rebelión de las máquinas (2003). Desde los inicios de la serie, Claire se ha consolidado como una de las mejores actrices la pequeña pantalla. Su personaje Carrie Mathison es muy exigente, con un carácter fuerte y pasional, rasgos que completados por una bipolaridad hacen que su interpretación requiera de un talento innato. Una obra maestra como el Cisne negro (2010) con una Natalie Portman idílica dan fe de la complexidad de interpretar un personaje inestable y del éxito que esto puede acarrear. Las idas y venidas mentales de Carrie se mantienen durante toda la serie, aunque en la cuarta llegan a su culminación. Claire Danes toca el cielo con su interpretación esta temporada gracias en parte a ello. Además, transmite de forma magistral cualquier sentimiento que requiera el personaje, hecho al que nos tiene acostumbrados y que también se potencia.
El otro claro protagonista de la temporada es Rupert Friend, interpretando a Peter Quinn. El personaje ha sido constante a lo largo de la serie, aunque en esta temporada coge un mayor grado de protagonismo e independencia. Su papel a lo Jack Bauer en 24 (2011 – 2010) da un genial complemento de acción a la temporada. Su tándem con Carrie es un constante en la temporada, aunque ni busca ni se parece al tándem que hacía ella con Brody.
El tercero en discordia es Mandy Patikin en su
interpretación de Saul Berenson. En esta ocasión, la situación de su
personaje es el que más cambia en referencia al resto. La trama le sitúa
envuelto en escenas de más acción, fuera de los despachos. Aunque
cumple como todos en general, su papel contribuye básicamente a
complementar a Carrie y, más concretamente, a dar pie al desparpajo de
emociones de esta, contribuyendo así a su éxito.
Destacar a título personal a Corey Stoll interpretando a Sandy Bachman. Me gustó muchísimo su papel en House of Cards (2013 - actualidad), aunque su trama aun siendo principal es corta. Su participación en esta ocasión también es muy reducida. En la actualidad lo podemos ver protagonizando The Strain (2014), aunque la serie no le exige tanto.
Éxito en Islamabad
El cambio radical de esta temporada viene en gran parte por su situación geográfica. La serie nos tenía acostumbrados a un escenario estadounidense, en esta ocasión la acción se traslada íntegramente sobre un terreno en conflicto. Esta sensación de estar aislados como en una boya en un mar revuelto es uno de los ejes de la trama y da lugar a un mayor grado de acción. El brutal suspense generado en los inicios de la serie queda relegado a un segundo plano, dando mayor protagonismo a la situación geográfica de la trama y a Carrie Mathison.
Otro punto clave de la temporada es la no continuidad de las tramas que se venían sucediendo en la serie. La trama se inicia al principio de la temporada, sin nada o poco que ver con las temporadas anteriores. Se da por cerrada la trama de Brody y la de su familia, que se consagró como una de las lacras de la tercera temporada. Una nueva vida para la serie que la ha encumbrado otra vez.
Finalmente, escenas o situaciones brillantes se suceden a lo largo de toda la temporada. Usando los primeros episodios para dar pie al nuevo escenario y el nuevo argumento, a partir de entonces la serie nos brinda una maravillosa temporada, cada episodio es una pequeña maravilla. El episodio final parece una resaca del conjunto de la temporada, y se dejan entrever situaciones que ya fallaron en anteriores ocasiones. El ámbito familiar en Homeland ha acostumbrado a perjudicar la trama. Dicho esto, la escena final vuelve a ser brillante.
En resumen, Homeland se renueva con éxito, dejando de lado las viejas tramas y aprovechando sus virtudes para volver a posicionarse en la primera línea.
Destacar a título personal a Corey Stoll interpretando a Sandy Bachman. Me gustó muchísimo su papel en House of Cards (2013 - actualidad), aunque su trama aun siendo principal es corta. Su participación en esta ocasión también es muy reducida. En la actualidad lo podemos ver protagonizando The Strain (2014), aunque la serie no le exige tanto.
Éxito en Islamabad
El cambio radical de esta temporada viene en gran parte por su situación geográfica. La serie nos tenía acostumbrados a un escenario estadounidense, en esta ocasión la acción se traslada íntegramente sobre un terreno en conflicto. Esta sensación de estar aislados como en una boya en un mar revuelto es uno de los ejes de la trama y da lugar a un mayor grado de acción. El brutal suspense generado en los inicios de la serie queda relegado a un segundo plano, dando mayor protagonismo a la situación geográfica de la trama y a Carrie Mathison.
Otro punto clave de la temporada es la no continuidad de las tramas que se venían sucediendo en la serie. La trama se inicia al principio de la temporada, sin nada o poco que ver con las temporadas anteriores. Se da por cerrada la trama de Brody y la de su familia, que se consagró como una de las lacras de la tercera temporada. Una nueva vida para la serie que la ha encumbrado otra vez.
Finalmente, escenas o situaciones brillantes se suceden a lo largo de toda la temporada. Usando los primeros episodios para dar pie al nuevo escenario y el nuevo argumento, a partir de entonces la serie nos brinda una maravillosa temporada, cada episodio es una pequeña maravilla. El episodio final parece una resaca del conjunto de la temporada, y se dejan entrever situaciones que ya fallaron en anteriores ocasiones. El ámbito familiar en Homeland ha acostumbrado a perjudicar la trama. Dicho esto, la escena final vuelve a ser brillante.
En resumen, Homeland se renueva con éxito, dejando de lado las viejas tramas y aprovechando sus virtudes para volver a posicionarse en la primera línea.
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