#ThrowbackThursday: Queen

Por Raúl S. Saura

Llegó mi turno en esta nueva sección y no se me ha ocurrido mejor tema para alegrar el jueves que desempolvar los discos antiguos (esto en las casas que hayan permitido que el polvo se reivindicara, no en la mía) de esa gran banda que siempre será Queen.

No comenzaré a relatar la vida y obra del grupo porque pertenecen al dominio público y resultaría patético: esto no se cuenta, se vive. Las hazañas de Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon desde los 70 hasta los 90, e incluso el período post-Freddie (esos productos cariñosos, aunque inferiores, con Rodgers y Lambert y ya sin Deacon) se han convertido en iconos globales y sus canciones auténticos himnos como We Will Rock You y We Are The Champions. Así que, ¿qué le queda a uno por decir?

Personalmente, Queen es mi banda de rock favorita desde que les descubriera en la adolescencia. Me impresionaron en ese primer momento el barroquismo capaz de destrozar las canciones a mitad, el derroche de energía sobre el escenario, la tristeza de Bohemian Rhapsody... y es que, ¿a quién no le despierta admiración y ganas de cantar, bailar y saltar el asistir a acontecimientos como el Live Aid o Wembley? Nunca nadie compensó tan bien sus desmanes, entiéndanse los desvaríos ochenteros en los que tanto incurrieron, pero es que incluso en sus peores momentos siempre encontrabas alguna que otra joya. 

Aquello era vida, y es también triste revisitarlos porque la música tras ellos nunca ha brillado tanto y la modernidad, de la que Freddie Mercury fue mártir, no queda a su altura. Tampoco digo que se tratara de una empresa sencilla; Queen, como los Beatles, Led Zeppelin o Pink Floyd hasta llegar a Guns 'N Roses, fue una de las grandes bandas de rock de la historia, algo que la Muerte de Pratchett suscribiría con mayúsculas. La energía en directo, las canciones, las luces, la Red Special, los ritmos, la diversidad de géneros, el ir y venir de Freddie por todas partes... de allí surgía una conjunción de talento prácticamente imposible de igualar. Algunos dicen que The Who fueron los mejores en directo, pero los queeneros sabemos que se equivocan. 

Los cuatro, además, conformaron uno de los grupos más sólidos que la industria haya conocido. Durante 20 años se soportaron unos a otros sin grandes conflictos ni serias amenazas de marcharse ni problemas con las drogas, algo que siempre escasea por esos lares. El buen compadreo, evidente, quedaba reflejado en la autoría de las canciones, ya que, si bien en distintas medidas, todos aportaron éxitos mundiales: Mercury (Bohemian Rhapsody, We Are The Champions, Love of My Life), May (We Will Rock You, The Show Must Go On), Taylor (A Kind of Magic, Radio Ga Ga) y Deacon (Another One Bites the Dust, I Want to Break Free)... en fin, tantas cosas por decir. Podríamos hablar de cómo Freddie casi sodomizó a un inocentísimo Bono en el Live Aid, de cómo aquel decidió firmar todas las canciones como Queen una vez el sida hizo acto de aparición, los últimos días... 

Pero de poco serviría, el jueves no dura tanto como para revisitarlos tan en profundidad como merecen. Y, en cualquier caso, acabaríamos físicamente exhaustos. Es más sencillo dedicar algo del día a escucharlos una vez más, esperando que llegue el momento en el que se carguen la canción ya empezada.

God Save The Queen. 

Síguenos en @RADCultura y toda la información en @RAD_Spain.