Un nuevo tiempo
Hablé de la serie hace unos días con el artículo de El Ministerio del Tiempo justo cuando empezó, aunque faltaba por ver qué rumbo tomaría para hacer un análisis más exhaustivo. Ahora, terminada la primera temporada, ya podemos analizar lo que ha dado de sí una de las ficciones más esperanzadoras y de más calidad de la televisión nacional.
Recordando la premisa o el punto inicial de la serie, la ficción gira alrededor de un Ministerio del Gobierno español dedicado a salvaguardar la historia de España a través de un conjunto de puertas que lleva a lugares y momentos concretos de la historia.
La encarnación perfecta
Hablé de la serie hace unos días con el artículo de El Ministerio del Tiempo justo cuando empezó, aunque faltaba por ver qué rumbo tomaría para hacer un análisis más exhaustivo. Ahora, terminada la primera temporada, ya podemos analizar lo que ha dado de sí una de las ficciones más esperanzadoras y de más calidad de la televisión nacional.
Recordando la premisa o el punto inicial de la serie, la ficción gira alrededor de un Ministerio del Gobierno español dedicado a salvaguardar la historia de España a través de un conjunto de puertas que lleva a lugares y momentos concretos de la historia.
La encarnación perfecta
A lo largo de la temporada, los tres actores que encarnan a los protagonistas del Ministerio han interiorizado sus personajes a la perfección. El personaje de Amelia Folch interpretado por Aura Garrido ha sabido transmitir un nivel de conocimiento e inteligencia muy verosímil a lo largo de toda la temporada. Una joven ilustrada que tiene como baza el conocimiento de la historia de España a través de la lectura. Dicho esto, el gran mérito de Amelia Folch es el realismo que desprende, su personaje completamente creíble, tanto en su creación como en sus actos. Se ha sabido crear un personaje real, y eso es fruto de un gran trabajo, tanto de la dirección como de la propia Aura Garrido. Además de esto, a lo largo de la temporada, la serie ha tratado el personaje de Amelia con muchísimo cariño, con vestuarios y aventuras que resaltan a la perfección sus virtudes. En conjunto, un personaje muy trabajado con un resultado magnífico.
Siguiendo la estela de Amelia Folch está Julián Martínez, interpretado por Rodolfo Sancho. Su personaje representa la actualidad en la serie. A Julián le acompaña una carga dramática durante toda la temporada, la cual se desarrolla hasta el final. Aunque no se le exige gran intensidad interpretativa, la intensidad dramática de los últimos episodios de la temporada viene en gran parte marcada por él, una intensidad que sabe llevar de forma genial. Él es el que lleva una de las tramas principales de la temporada y el trabajo de Rodolfo Sancho en la personificación Julián Martínez es también fabuloso. Rodolfo Sancho ha cuajado una gran temporada en la serie, convirtiéndose en uno de los pilares del Ministerio del Tiempo.
Siguiendo con lo que han dado de sí los protagonistas, cabe destacar también a Alonso de Entrerríos interpretado por Nacho Fresneda. Alonso es el contraste entre lo pasado y lo actual. Su personaje se usa para facilitar la ligereza de la serie. En él se plasman las muchas diferencias o similitudes entre su tiempo y el actual de una forma fresca, graciosa y lógica muchas veces. Además, se exalta su sentido del honor y la lealtad a lo largo de la temporada y, aún sin ser uno de los personajes más explotados, es uno de los signos de identidad de esta temporada.
En general los tres personajes están muy bien trabajados en su creación y desarrollo. El realismo en sus actos o formas de ser es una de las claves del éxito de la serie, aunque sin el gran trabajo de sus actores nada de eso sería posible. Los tres personajes se complementan a la perfección y han creado una afinidad entre sí a lo largo de la temporada realmente admirable.
Los otros dos funcionarios a destacar del Ministerio son Ernesto Jiménez e Irene Larra. Ambos tienen un capítulo cada uno en la temporada que explica o desarrolla sus personajes, aunque con diferente intensidad. El papel de Ernesto Jiménez, interpretado por Juan Gea, plasma la seriedad y entereza en el Ministerio. Juan Gea transmite a la perfección esa faceta. Su desarrollo es el menos explotado de momento, aunque es una buena baza para el futuro.
La sorpresa en lo referente a los personajes se la lleva Irene Larra. En un inicio se presentó como una mujer liberal y competente, pero en su conjunto es uno de los mejores personajes de la serie. Actuando como complemento en gran parte de la temporada, en la parte final de esta su personaje crece muchísimo. Cayetana Guillén Cuervo esta fantástica interpretando a Irene, consagrando otro gran personaje.
La madurez del Ministerio
En lo referente a la estructura de la serie, me gustaría separarla en dos fases. En la primera mitad de la temporada se presenta el escenario y a los protagonistas. Se introduce como reclamo grandes personajes de la historia de España con un gran carisma para conquistar al público. Así tenemos los casos de Lope de Vega, interpretado por Víctor Clavijo o el mismo Velázquez interpretado por Julián Villagrán. La cúspide de esta primera fase la encontramos con el tercer capítulo de la temporada, Cómo se reescribe el tiempo. Dicho capítulo es una auténtica maravilla, haciendo delicias para los fans. A lo largo de estos primeros episodios también se usa, quizás en exceso, un humor lleno de tópicos españoles.
Una vez presentada la serie y con la audiencia pidiendo más, la serie empieza a coger forma. Se supera ya el humor tópico nacional de los primeros capítulos para dar lugar a un humor más temporal que nacional, todo un acierto. Se inician nuevas tramas y se perfilan las ya iniciadas. A diferencia de los capítulos más episódicos de la primera fase de la serie, en esta ocasión las tramas empiezan a sobrevolar diferentes capítulos. La serie se vuelve más tensa, más compleja y más oscura. Los tres últimos capítulos de la temporada son realmente fantásticos, con especial mención al episodio final, una auténtica maravilla por sí solo.
Es impresionante la velocidad a la que crece la serie. La evolución de la serie en su conjunto desde sus inicios hasta el final de temporada es impresionante, empezando como una serie graciosa y de aventuras y terminando con un espiral de tensión, misterio e intensidad dramática, y todo en apenas 8 episodios. Se denota un trabajo brutal de la dirección y la creación de la serie, por lo cual me gustaría hacer una mención especial a sus creadores, el ya difunto Pablo Olivares y Javier Olivares.
Una puerta hacia el destino
Sinceramente, no creía que el Ministerio del Tiempo cogiera el camino de la complexidad o la intensidad en sus tramas, ha sido una maravillosa sorpresa. No se centran en insulsos enemigos ni en bandos claros. No presentar a un enemigo claro es un recurso utilizado en la ficción y bien trabajado puede dar temporadas exquisitas. Además juegan un papel fundamental la moralidad o las exigencias del trabajo, hecho que sumando la aureola de misterio que mantiene Jaime Blanch interpretando a Salvador Martí y la carga dramática llevada de forma maravillosa por Rodolfo Sancho, hacen que la serie suba exponencialmente el nivel.
Me fastidia mucho la excesiva longitud de las temporadas. Es muy complicado hacer una buena temporada si esta consta de 15 o incluso 20 capítulos. En esta ocasión, los 8 capítulos que componen esta primera toma de contacto del Ministerio del Tiempo se han hecho muy cortos. Destacable también es la afinidad creada por los personajes. En la corta duración de la temporada la serie ha conseguido enfatizar perfectamente con los espectadores, y eso por sí solo ya consagra un éxito. El potencial de la serie no se resuelve en esta primera temporada, falta mucho por ver y mucho por disfrutar.
Por último, no olvidar la dura competencia televisiva del momento, con los grandes y exitosos formatos de las cadenas privadas. El trato que ha dado Televisión Española a la serie se ha solapado curiosamente con las dos fases de la temporada. Con un paso ligeramente irregular en los primeros episodios, por fin se consolidó en la parrilla, con un día y un horario concreto. Agradecer a Televisión Española su apuesta por el Ministerio del Tiempo y felicitarla por avanzar el horario prime time y terminar así cada capítulo en una hora decente.
La serie coge un rumbo magnifico, las mejores expectativas se están cumpliendo y su esperada renovación ha sido como una luz para sus incondicionales espectadores. Sin duda, el Ministerio del Tiempo es una delicia, un modelo a seguir tanto para los amantes de la ficción como para los que no.
Larga vida a El Ministerio del Tiempo.
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