jueves, 9 de abril de 2015

#ThrowbackThursday: Detective Conan

Por Natalia Mitov 


La segunda manecilla de un reloj avanza, un cometa pasa, los corazones rotos de la sociedad moderna… En el artículo de hoy hablaremos de una serie que todo el mundo conoce. Soy pequeño, pero muy listo para mi edad. Es ¡EL DETECTIVE CONAN!

Así empieza una de esas historias que más ha marcado la infancia de aquellos que nacimos en los 90 y nos criamos a lo largo de los 2000. Conan Edogawa es un niño de primaria sabelotodo al que le gusta jugar al fútbol, pero sobre todo le gusta resolver casos. Vive con un detective sin éxito llamado Kogoro Mouri y la hija de éste, Ran. Sin embargo, hay algo que Kogoro y Ran ignoran: Conan no es un niño. En realidad el auténtico nombre de Conan es Shininchi Kudo, estudiante de 17 años famoso en todo Japón por resolver casos y amigo de toda la vida de Ran, de quien está enamorado. ¿Pero cómo se ha convertido en un niño? Un día Shininchi fue al Parque de Atracciones con Ran y allí fue testigo de cómo una misteriosa sociedad criminal chantajeaba a un hombre. Pero le descubrieron. Los criminales tenían que deshacerse del muchacho, así que decidieron probar con él un nuevo veneno. Por desgracia para ellos y por suerte para Kudo, el veneno no mataba, sino que encogía a las personas. Y así, Shininchi se convirtió en Conan y con ayuda del profesor Agasa (el único que conoce su secreto) consiguió irse a vivir con Ran y su padre con la esperanza de que éste le ayudara a dar con los hombres de negro. Pero mientras llega el momento en el que tenga que verse la cara con ellos, tendrá que resolver los casos con los que se encuentre.

Esa fue la idea que tuvo Gosho Aoyama y el manga vio la luz el 19 de enero de 1994 en la revista de manga Shonen Sunday. Dos años más tarde, el manga se convertiría en un anime que, a pesar de llevar ya la friolera de 773 capítulos, aún sigue en emisión y ha tenido difusión a nivel mundial. Teniendo eso en cuenta, ¿cómo es posible que un anime de 20 años siga en emisión? ¿Cuál es su secreto?

Gosho Aoyama, creador de Detective Conan

Para empezar, todos los personajes son distintos, con un carácter claramente diferenciado del resto, pero no por ello son simplones. Solo hay que pensar en Ran, que parece la típica marimacho, pero luego también es la damisela en apuros e incluso está a punto de descubrir el secreto de Conan. Luego está el tema del humor: Conan es una serie muy divertida y por lo tanto, apta para todos los públicos. Siempre hay un gag o un momento gracioso por capítulo. Y lo mejor es que Aoyama consigue eso sin necesidad de tener un personaje específico que sea el bufón (si bien es cierto que Kogoro y Sonoko suelen ser los personajes con más recursos cómicos). Además, no pierde seriedad por meter comedia. De hecho puede volver al terreno de la ternura o del drama sin que resulte demasiado forzado.

Por otro lado, también cabe destacar los giros argumentales y por supuesto los crímenes. Ningún caso es igual que el anterior. Un día te encuentras con un caso en una habitación cerrada, otro día con un cuerpo desaparecido, el siguiente es un robo, el siguiente un suicidio que no es un suicidio… Y así, cada caso hace que te quedes pegado a la pantalla. Por no mencionar de que las formas de descubrir al culpable no son muy originales y diversas. En un caso lo descubre por una arruga en una manga, el siguiente por un charco de agua… Originalidad, ése es el secreto de Conan. Y hablando de originalidad. ¿Qué hay de los giros en la trama? Cuando pensaban que nos aburríamos... PAM. Capítulo doble o triple. ¿Qué ya hemos hecho muchos de esos? Pues nos meten a los padres de Shininchi. ¿Qué hay que buscar nuevas formas de entretener al público? Pues nos sacamos de la manga un rival para Kudo. ¿Qué hay que empezar a desarrollar la trama de los hombres de negro? Que entre en escena Ai Haibara, la creadora del veneno que encoge.

Así pues no es de extrañar que Detective Conan haya dado para un manga, para un anime, para especiales, películas e incluso videojuegos. Y tampoco es de extrañar que algunos llegáramos corriendo del colegio a casa y lo primero que hiciésemos fuera encender la tele y poner Cartoon Network para poder ver Detective Conan.


¡Muchas gracias, Gosho Aoyama!

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