Hace muchos años, después de una clase
sobre las teorías acerca del universo, un alumno esperó que todo el
mundo se fuera y se acercó, se sentó frente a mi mesa, y sacando las
palabras de algún lugar muy remoto de sí mismo, me dijo, mientras me
miraba absolutamente aturdido: “Profesor... QUÉ RARO ES TODO”... La frase
no era nada especial, pero sí lo fue la intensidad con que la dijo. Ese
alumno no sólo estaba diciendo una frase, la estaba viviendo,
padeciendo, estaba invadido por ella...Casi parecía que era la frase la
que le estaba diciendo a él... Jamás se me olvidará la manera en que la
dijo...
....Y a vosotros. ¿No os parece también
raro todo esto? ¿De dónde ha salido este Mundo? ¿Por qué existe? ¿Para
qué?... ¿Y nuestra propia vida? Nacemos y vivimos (según nos dicen) en
el tercer planeta de una estrella perdida en un rincón de uno de los
brazos de una de las miles de millones de galaxias, viajando a toda
velocidad hacia los confines del Universo... ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Tenemos alguna misión especial en este mundo? ¿Qué pintamos aquí?...
Decía el filósofo José Ortega y Gasset que nuestra vida es como un “fenómeno deportivo”, un mero juego sin más sentido que el de jugar por jugar... Al fin y al cabo, para qué esforzarse seriamente en nada, si todo acaba en la nada de la muerte... Por eso decía otro filósofo (Jean Paul Sartre) que el hombre es una “pasión inútil”. ¿Estás de acuerdo? ¿Es inútil tu vida o tiene algún sentido? ¿Cuál?
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