Por Nano Fernández
Período borbónico
Con Carlos II termina en España el reinado de los Habsburgo, y con
él, un estilo arquitectónico característico con el que hoy conocemos al
Madrid de los Austrias. El primer Borbón en llegar al trono español es
Felipe V, y con él, llega desde Francia también un estilo completamente
diferente, mucho más ornamentado, el barroco. Existe una cierta división
de estilos durante este tiempo, en el que los límites son difusos, pero
con diferencias claras entre uno y otro. Estos estilos son los
siguientes.
- Barroco madrileño:
Comienza a aparecer en los templos de la ciudad en el siglo XVII, pero
su época dorada llega en el siglo XVIII. En ese período Madrid edifica
en distintas corrientes barrocas, como la francesa, la italiana y la
puramente madrileña.
Madrid tiene su propio arquitecto de este estilo, que es Pedro de
Ribera. A él le debemos la construcción de uno de los puentes más
peculiares de la ciudad, el Puente de Toledo, que sirve a la ciudad como
entrada desde el sur, salvando el río Manzanares. El rey Felipe V le
encarga el que hasta la fecha, era el edificio más grande de la capital,
el Cuartel del Conde-Duque. Una de las mayores características del
barroco madrileño está muy presente en este edificio, que es la portada
tremendamente recargada y ornamentada, en contraposición a unos
paramentos más bien desprovistos de filigranas.
Pedro de Ribera se encarga también de la construcción de diversos
palacios, como el de Miraflores, el del Marqués de Ugena y el del
Marqués de Perales, y de diferentes iglesias, como la de Montserrat, San
Fernando, San Cayetano, San José. Otros notables arquitectos de la
época son los hermanos Churriguera, José Benito, Alberto y Joaquín,
quienes marcaron un lenguaje propio muy utilizado por el resto de
arquitectos.
En la Nochebuena de 1734, estando los Reyes en el Palacio del Pardo,
se declara un incendio en el Real Alcázar de la ciudad, en la alcoba
del pintor de la Corte Jean Ranc. El devastador incendio arrasa
descontroladamente con el Alcázar hasta reducirlo a cenizas. Entonces
los Reyes Felipe V e Isabel de Farnesio encargan al año siguiente un
nuevo Palacio Real al arquitecto italiano Filippo Juvara. Éste fallece
un año después, en 1736, y es su discípulo, el también italiano Juan
Bautista Sachetti, quien se encarga de terminar las obras del imponente
edificio a partir de 1738, quien se inspira en el los palacios de
Bernini. A partir de ese momento, por petición expresa del Rey se
introducen en España nuevos arquitectos franceses e italianos, que con
el tiempo promulgarán el ascenso de los modelos neoclásicos. En este
período del barroco madrileño se llevarán a cabo obras de gran
importancia como el Convento de las Salesas Reales (Francisco Carlier) o
la Basílica de San Miguel (Giacomo Bonavia).
- Barroco-clasicista:
Ésta es una época de transición entre el barroco de la capital y el
nuevo estilo que imperaba en Europa, el neoclasicismo. Éste período da
comienzo con el ascenso al trono español de Carlos III. El Rey Fernando
VI muere en 1759 sin descendencia, por lo que el trono vacante recae en
manos de su medio hermano Carlos, que en ese momento reinaba en Nápoles y
Sicilia. Allí trató de hacer de la capital, Nápoles, una ciudad digna
de la Corte, trabajando en el aspecto y las mejoras en sus edificios públicos. El
nuevo rey trae desde Italia sus propios arquitectos, entre los que se
encuentra Francesco Sabatini, al que la ciudad de Madrid debe gran parte
de sus hitos arquitectónicos más reconocibles. Es autor, entre otras
obras de la Puerta de Alcalá, la Real Casa de la Aduana, la Real Casa de
Correos, el Convento de las Comendadoras de Santiago o el Palacio de
Godoy. También finalizó el proyecto de la Real Basílica de San Francisco
el Grande, comenzado por Francisco Cabezas.
A – Puerta
de Alcalá; B – Real Casa de la Aduana; C – Real Casa de Correos; D –
Convento de las Comendadoras de Santiago; E – Palacio de Godoy; F – Real
Basílica de San Francisco el Grande
La llegada de Sabatini a España como arquitecto de la cámara de la
Corona afectó a muchos arquitectos locales, siendo el más damnificado
Ventura Rodríguez, protegido del anterior monarca Fernando VI. Se vio
destituido de proyectos que tenía en marcha, como la de la Real Casa de
Correos en favor de Sabatini. Tras un período de decadencia en el que no
recibe ningún encargo de la Corona, Ventura Rodríguez comienza a
trabajar con otros grandes clientes, como el Ayuntamiento de Madrid, el
Consejo o la Cámara de Castilla. Fue uno de los arquitectos más
sobresalientes de la época, gran conocedor de la arquitectura de ese
tiempo. Era uno de los alumnos aventajados de Juvara y supo asimilar
como ningún otro el lenguaje del barroco italiano para adaptarlo a la
arquitectura de la capital.
A finales del siglo XVIII comienza a instaurarse en España el estilo
neoclásico. Comenzó con el regreso a Madrid del arquitecto Juan de
Villanueva, quien se encontraba en Italia completando su formación. Sus
primeros trabajos los realiza en el Monasterio del Escorial, donde
alcanza cierta madurez en el estilo. Después de esto se le encarga el
diseño del Real Jardín Botánico, obra que con anterioridad fue encargada
a Sabatini. Entre sus primeras obras en la capital destacan el Oratorio
del Caballero de Gracia, el Observatorio Astronómico y el edificio del
Museo del Prado, a parte del aspecto actual que muestra la Plaza Mayor.
Juan de Villanueva es el referente español en cuanto a arquitectura
neoclásica, dejando un legado de arquitectos que llevarán este estilo
durante todo el siglo XIX.
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